Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, en los cielos del Pacífico, los pilotos aliados (los estadounidenses sobre todo) se encontraron con uno de los rivales más poderosos a los que tendrían que hacer frente: El A6M Reisen, popularmente conocido como Zero. Este formidable caza otorgó a Japón el control de los cielos en los primeros años de la guerra en el Pacífico. Gracias a sus excelentes cualidades se ganó pronto la reputación de ser invencible, con una espectacular proporción de doce aviones enemigos abatidos por cada Zero perdido. El Zero se convirtió en el aparato más exitoso de la industria aeronáutica japonesa y ha pasado a la historia como uno de los cazas más famosos. Sin embargo, fue eclipsado por nuevos diseños rivales y muchos de sus pilotos acabaron utilizándolos como aviones kamikaze. ¿Hasta qué punto el Zero era invencible?

Captured_A6M5_in_flight_1944

Orígenes.

El A6M nació de la petición de la armada japonesa para un nuevo caza embarcado a mediados de 1937. En esta época Japón no disponía de una fuerza aérea propiamente dicha, como podían ser la Luftwaffe alemana o la RAF inglesa, sino que toda su aviación se dividía en dos secciones de acuerdo a sus bases principales:

– Servicio Aéreo de la Armada Imperial Japonesa.

– Servicio Aéreo del Ejército Imperial Japonés.

En 1939 despegó por vez primera el prototipo del A6M y entró en servicio al año siguiente como uno de los principales cazas embarcados de Japón. Sin embargo, sus excelentes cualidades lo hacían apto también para operar desde las bases de tierra. El nombre de Zero, proviene de la designación militar del aparato por parte del ejército japonés, conocido como rei shiki kanjō sentōki, caza embarcado tipo 0. A los aviones que entraban en servicio se les ponía el último número del año vigente según el calendario japonés. La palabra “Zero” proviene de un término inglés introducido en el país. Los aliados dieron al A6M otro nombre, Zeke (derivado de Ezequiel) ya que a los cazas los designaban con nombres masculinos y a los bombarderos con nombres femeninos.

El Zero en combate: diseño y características.

En combate la ventaja del A6M residía en su elevada velocidad y extrema agilidad. En un combate aéreo cerrado su maniobrabilidad le permitían realizar giros mucho más cerrados que los aviones aliados, haciendo muy difícil alcanzarle. Los Zero aparecían como flechas en el cielo y atacaban con precisión a los cazas enemigos, que a duras penas se podían defender de los aparatos japoneses. Por si esto fuera poco el avión podía operar lejos de sus bases principales gracias a su elevado alcance, de más de 1.900 kilómetros. El combustible iba repartido en varios lugares de la célula principal, construida enteramente en metal, y buena parte del mismo se almacenaba en depósitos situados en el interior de las alas. Como armamento principal el Zero portaba dos ametralladoras de 7,70 milímetros y dos cañones 20 milímetros. En comparación con los cazas aliados iba armado de forma más ligera, problema que fue subsanado en versiones posteriores, sustituyendo las ametralladoras de 7,70 por otras de 13 milímetros.

Esta tremenda ligereza y maniobrabilidad fueron las que le otorgaron el control absoluto de los cielos en los primeros tiempos de guerra, pero también le pasó factura. Su punto fuerte era también uno de sus puntos débiles, y es que esta agilidad en combate se había logrado rebajando todo lo posible el peso del avión, careciendo de blindaje en la cabina y en el fuselaje, por consiguiente, cuando un aparato enemigo acertaba a alcanzar las alas, éstas se quebraban muy rápido, incendiando el combustible y convirtiendo al A6M en una pira volante. Poco a poco el excelente caza japonés fue viéndose superado.

Un regalo para los aliados, el Zero de Akutan.

Al inicio de la guerra y hasta mediados 1942 el caza nipón parecía invencible, lo mismo que el resto de las fuerzas armadas del país. Desde el ataque a Pearl Harbor el poderío militar de Japón era imparable. Al igual que en Europa, los combates se sucedían sangrientos en el Pacífico. En sus cielos, los Zero se enfrentaban con total ventaja a los inferiores aviones estadounidenses, cuyos escuadrones estaban equipados principalmente con los modelos P-40 Warhawk basado en tierra, y los F4F Wildcat basados en portaaviones. Éste último pareció enfrentarse al aparato japonés en cierta igualdad, pero sin llegar a imponerse. Hacia 1942 los aliados estaban a punto de poner en servicio nuevos cazas que hiciesen frente a los temibles Zero. El golpe de suerte llegó en julio de 1942 cuando, caído del cielo, un caza Zero fue recuperado prácticamente intacto por los americanos en la isla de Akutan. Los aliados ya se habían encontrado antes con restos de aparatos abatidos o estrellados pero nunca en tan buen estado, generalmente los aviones quedaban tan dañados que era imposible hacer evaluaciones detalladas de sus capacidades, con lo cual no lograban desarrollar las estrategias necesarias para combatirles. Con el Zero de Akutan todo eso cambió.

Zero de Akutan momentos después de ser alcanzado (Wikimedia Commons).

El aparato encontrado había participado en los combates librados en las islas Aleutianas, cerca de Alaska y fue derribado en el transcurso de un bombardeo sobre Dutch Harbor. El A6M estaba pilotado por Tadayoshi Koga y volaba junto a otros dos aviones. Al parecer, aunque los hechos no están del todo claros, los japoneses derribaron un hidroavión norteamericano y después ametrallaron a la tripulación sobre el agua. En el intercambio de disparos, varios proyectiles de las ametralladoras del hidroavión alcanzaron al Zero de Koga, provocando una fuga de aceite. Hay que recordar que la falta de blindaje del caza lo hacía vulnerable a los impactos directos. Los aviones japoneses se dirigieron entonces a la isla de Akutan, seleccionada para realizar posibles aterrizajes de emergencia y donde un submarino aguardaba para recoger al piloto. Sin embargo, bajo la hierba sobre la que parecía poderse aterrizar, había un cenagal de agua y barro y el tren de aterrizaje del Zero se quedó atascado. Koga murió en el golpe y los pilotos de los otros dos Zero recibieron la orden de destruir el caza abatido para evitar que cayese en manos aliadas, sin embargo, al no poder confirmar si Koga estaba vivo no lo hicieron y abandonaron el avión. El submarino tampoco pudo completar las tareas de búsqueda ante la presencia de barcos enemigos.

El Zero permaneció allí durante un mes pues las rutas de los aviones no pasaban por ese punto, con lo que resultaba invisible. Quiso la fuerte que un hidroavión que se había perdido lo hallase. Tras notificar la posición de los restos un equipo de rescate se desplazó allí para recuperar el Zero. Sacaron el cuerpo de Koga de la cabina en la que aún estaba atado con el cinturón de seguridad y lo enterraron en una fosa antes de llevarse el codiciado aparato. En una base militar cercana a San Diego fue reparado y puesto a punto para poder volar de nuevo, cosa que sucedió el 20 de septiembre de 1942. Tras numerosas pruebas se comprobaron ciertos puntos débiles del avión, como que giraba peor a la derecha que a la izquierda, o que el motor no soportaba bien picados excesivos. Los pilotos aliados aprendieron gracias a esto las maniobras necesarias para eludir los ataques de los Zero. Estos conocimientos, unidos a los nuevos aviones que entraron en servicio, acabaron con la supremacía aérea del caza japonés.

Zero dañado en misión kamikaze (Wikimedia Commons).

El ocaso del rey del cielo.

Para 1944 el Zero era una triste sombra de lo que había sido. Los aliados habían desarrollado aviones muy versátiles y capaces de enfrentarse al aparato japonés, como el F4U Corsair o el caza pesado P-38 Lightning. Con la llegada del magnífico F6F Hellcat el Zero perdió definitivamente su hegemonía aérea. Estos cazas lograron la impresionante proporción de trece A6M derribados por cada Hellcat abatido por los Zero. El Imperio de Japón había perdido hacía tiempo la iniciativa de la guerra y poco a poco se veía obligado a luchar a la defensiva, perdiendo progresivamente territorios y recursos militares para poder continuar. Las batallas de Midway, Leyte, Iwo Jima, Okinawa y otras muchas habían causado cientos de miles de bajas a los japoneses, amén de la mayoría de su poder naval y aéreo. Su flota de portaaviones había sido prácticamente aniquilada y empezaron a sufrir problemas de abastecimiento de combustible, con lo que muchos de sus barcos y aviones no pudieron operar. Los Zero que quedaban operativos fueron derribados, abandonados y capturados por los aliados, o empleados en las llamadas “unidades especiales de ataque” compuestas por pilotos (algunos voluntarios y otros “seleccionados”), para inmolarse con sus aviones cargados de explosivos contra los barcos aliados. Cientos de kamikazes se suicidaron en un vano intento para detener lo inevitable.

El Zero fue el avión japonés producido en mayor cantidad en toda la guerra (unos 11.000 ejemplares) y su trayectoria en combate lo ha elevado al estatus de leyenda.

Daniel Cuadrado Morales.

Creative Commons Licence
¡Zero! El Sol Naciente domina el cielo. by Daniel Cuadrado Morales. is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International License.

Acento Cultural, número 34, junio 2017, ISSN: 2386-7213.

[El contenido de esta página web, imágenes y datos, son propiedad de sus autores. Corresponde a ACENTO y a sus autores los derechos de explotación de este contenido registrado bajo nuestra publicación digital con ISSN: 2386-7213. Este material está protegido con la Ley de Propiedad Intelectual y su difusión total o parcial está permitida siempre y cuando se cite el enlace de esta web o la autoría de los creadores. Muchas gracias.]