Syriza ha ganado.

Europa mira desde una alta torre con diferentes puntos de vista pues, sabe que este 2015 será determinante para el devenir de su pisoteado continente. De momento, creo observar el hecho de que Grecia, país con más historia que presente, y con incierto futuro, ha dicho NO al modelo impuesto desde el conservadurismo europeo como proyecto para salir de una crisis que ha puesto sobre la mesa los excesos del sistema capitalista y democrático.

Los griegos han hablado. Y han sido claros: basta de engaños y abusos, y que venga un nuevo aire. Si este es bueno o no, el tiempo y los resultados lo dirán. Al menos su razón han tenido para votar un cambio en un país que hace 11 años estaba regodeándose con sus olimpiadas, y  donde ahora la mayoría de la gente no tiene dinero para una vida digna ni para cubrir sus necesidades básicas. Cómo lo viera Zeus…

¿Qué precede a este cambio? Me aventuro a hacer un pequeño resumen: A mediados del 2010, este país tuvo que solicitar ayuda financiera a los estados miembros de la UE, lo cual puso de manifiesto la falsificación de las cuentas reales del país (adulteración en la que estaba metida el grupo inversor Goldman Sachs cuyo vicepresidente por aquel entonces es hoy presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi). Los anteriores gobiernos (conservadores primero, y socialistas después) se tiraban los trastos entre ellos mientras Grecia iniciaba el declive. Ya saben lo que viene después: bono basura, endeudamiento progresivo, recortes salariales, aumentos de impuestos, privatizaciones, rescates, ahorro del gasto público, dos elecciones generales en 2012, y muchísimas cosas más, entre las cuáles hay algunas que no entiendo exactamente pero que no suenan muy bien, créanme.

Pero no solo ha vencido Syrizas, ha sido la primera victoria de una renovada tendencia en Europa: la de aquellos partidos que beben de la izquierda pero que intentan parecerse lo menos posible a sus predecesores menos valorados. Que lleven a cabo todo lo que dicen y que eso funcione, desde luego sería algo impresionante. Habrá que ver dónde llegan o hasta dónde les dejan llegar.

Por lo tanto, inevitable la comparación con España, ¿verdad? El surgimiento de estos movimientos sociales y políticos procede de la incapacidad de los viejos partidos para escuchar al pueblo. Están tan maniatados por sus propios intereses y por las múltiples relaciones económicas que mantienen a todos los niveles y en todas las áreas que, han puesto en bandeja el poder que tanto ansían proteger.

En España tenemos que hacernos la misma pregunta: ¿optamos por un cambio hacia nuevas ideas o seguimos confiando en los mismos partidos que nos arrastraron a la crisis? No voy a entrar a valorar lo que unos dicen que van a hacer y lo que otros dicen que ya no harán más porque ahora lo van a hacer bien, o los que dicen que ahora harán lo que antes pensaron pero que no hicieron porque el *ç@ y el @#{} plantearon que no sé qué, no se podía hacer porque tal de no sé quién pero que ahora sí. Voy a verlo de otra manera:

Voy a empezar a sacudirme los ideales en favor de una renovada curiosidad para tratar de aprender de lo que hagan las formaciones que van a estar en el poder en los próximos años (sean las viejas o las nuevas). Como estamos en una democracia, a buen seguro que se destaparán más casos de corrupción, habrá cambios más significativos, otros menos significativos y unos serán buenos y otros malos. Normal, no son dioses (a saber qué deidad…), son personas y no creo que nadie pueda prometer que nunca ha cometido errores. Pero, si en cuatro años el pueblo no está contento pues, cambiará y pondrán a otros, ¿no?. Pues ya está, pero al menos, tratemos de dejarles trabajar en libertad, por supuesto, sin que nuestras libertades y derechos se vean comprometidos como hasta ahora ha sido, sea bajo la banderita que sea. No obstante, como todos sabemos, el grado de crítica (de constructiva a destructiva) dependerá del dios al que le toques los cojones…(búsquese “Mitología griega” en internet e indague unos pocos minutos).

Espero equivocarme pero, tengo una mala sensación. En el futuro más próximo, las entidades pecadoras de avaricia que hay repartidas por el mundo, trabajarán para que los cambios no sean ni tan grandes, ni tan alejados de sus propios intereses (al último referéndum de Escocia, me remito). Trataremos de ver el lado positivo de lo que suceda, intentando hacer (individualmente) crítica constructiva de las equivocaciones que lleguen a cometer.

Desde luego, me resulta curioso que en el territorio donde una vez surgió la democracia (siglo V a.C.), ahora vayamos a tener una nueva oportunidad de ver cómo funciona esa misma forma de gobierno que, unos cuantos siglos después, seguimos sin saber evaluar correctamente.

Pues como no cambiemos nuestra actitud, habremos demostrado (una vez más) las innumerables ocasiones en las que nos tropezamos con las mismas piedras. Seremos tontos…

¡Qué Zeus les (y nos) pille “confesaos”!

PD. Vergonzosa la poca memoria de Alemania. Su actitud debería ser recordada en los libros de texto ya que, es lamentable observar a un país que parece haber olvidado cómo se les ayudó en sus momentos de flaqueza. Vaya con las moiras…

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Rafael Rodrigo Toledo.

Zeus.

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Acento cultural, número 4, enero 2015, ISSN: 2386-7213

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