Irán, 2015. 82 min

Dicen que la libertad es cosa de hombres. Dicen, que es un derecho.

Dicen de la libertad que es algo que nos enorgullece, que cala hondo y en ocasiones te sumerge en la más profunda soledad.

En 2010, el régimen iraní prohibió filmar a Jafar Panahi. Encarcelándole, le prohibían la creación… la libertad. Porque tal y como nos muestra la película Taxi Teherán, la censura es el  pan de cada día en este régimen. Por ello, Panahi decide crear un propio camino dentro de la misma, convirtiéndose en el conductor de su propio discurso: un taxista, un ciudadano o trabajador más de la ciudad de Teherán que nos muestra a través de una ficción documental la censura cotidiana en la que se ven sumergidos de forma normalizada.

Teherán colorido, ajetreado… y el peor taxista de la ciudad. La película nos transporta a un constante viaje que insonora la ciudad y genera un discurso paralelo. Las conversaciones que se generan dentro del coche, mantienen su cotidianeidad e ingenuidad diaria pero al mismo tiempo nos llevan a la reflexión y cuestionamiento, al ritmo del motor y ventanilla, para disfrutar el paisaje.

Los posos de la frustración de la censura se diluyen en un viaje sin destino; esta circunstancia se da ante el latente desconocimiento de destinos del propio conductor, un taxista que desconoce de direcciones. Es un privilegio poder ser espectador de esta película, porque sin quererlo, te sientes pasajero, cómplice de la libertad que viaja.

Cada uno de los personajes que se suben al taxi, hacen que su experiencia se traduzca en conversación que bucea en los pozos que existen en la sociedad iraní provocados por la censura constante. La apariencia que envuelve el conflicto, el supuesto “modo de ver” que la autoridad impone durante esta película queda al desnudo de una forma sencilla; dicha sencillez es un arte para Panahi, ya que recrea el lenguaje más coloquial, mundano y narrativo para que actúe como un altavoz. Nos abre una ventana a la realidad; algo que las autoridades iraníes prohíben a todo cineasta ya que les exigen que omitan todo aquello que “sea demasiado real”.

…Recogemos a la sobrina de Panahi del colegio. Ella, nos cuenta que en el colegio estudia cine y que tiene que grabar su propia película. Ella, desde la inocencia, contextualiza los enormes muros a los que se ven sometidos día a día; todos, no solamente el creador/artista. Y ella, desde la inocencia, sin querer nos cuenta cada conflicto, injusticia, vacío o engaño… los cuales en las normas que le han enseñado en sus clases de cine, no pueden ser mostrados a través de ningún medio, lo que es igual a un paréntesis vacío, acontecimientos inexistentes, borrados y tachados de la sociedad iraní.

Arrancar parte de las experiencias de un hombre. Decorarlas, convertirlas en “otra cosa”. Olvidarlas. Olvidarlo.

No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente.

Virgina Wolf.

Si la encierras, ya encontraremos otro vehículo donde viaje. Pahami le regaló un taxi.

 

Taxi-Teheran

Título: Taxi Teherán

Dirección: Jafar Panahi

País: Irán

Año: 2015

Duración: 82 min.

Género: Comedia, drama. Cine de realidad.

Reparto: Jafar Panahi

Distribuidora: Wanda Visión S.A

Productora: Jafar Panahi Film Productions

Dirección: Jafar Panahi

Guión: Jafar Panahi

Música: Jafar Panahi

Producción: Jafar Panahi

 

 

Licencia de Creative Commons
TAXI TEHERAN. Reflexiones desde el asiento de copiloto by Clara López Cantos is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

Acento cultural, número 15, octubre 2015, ISSN: 2386-7213

[El contenido de esta página web, imágenes y datos, son propiedad de sus autores. Corresponde a ACENTO y a sus autores los derechos de explotación de este contenido registrado bajo nuestra publicación digital con ISSN: 2386-7213. Este material está protegido con la Ley de Propiedad Intelectual y su difusión total o parcial está permitida siempre y cuando se cite el enlace de esta web o la autoría de los creadores. Muchas gracias.]