¿Se imaginan un museo donde se reúnen algunos de los cuadros más famosos y conocidos de todos los tiempos? ¿Se imaginan “El Grito” de Munch, “La Persistencia de la Memoria” de Dalí, junto a “La Noche Estrellada” de Van Gogh? Y, ¿justo al lado de ellos las pinturas surrealistas de Miró?, pero y si ¿además de todo esto algunas obras de Pablo Picasso también compartiesen la misma sala con los anteriores?

Pues esto no es una situación idílica deseada por cualquier experto en arte, no, esto es una situación real que se ha dado en la clase de primero de primaria del colegio Miguel de Cervantes en un pequeño pueblo de Toledo: Villafranca de los Caballeros. Una situación que he creado como maestro de este centro, para demostrar que existe otra forma de enseñar basada en la creatividad e intereses de los alumnos y que no está reñida ni con los contenidos curriculares que propone la ley de educación ni tampoco con el conocimiento del patrimonio artístico.

¿En qué consiste este proyecto?

Resumiendo muy brevemente, la principal función es despertar el interés por aprender y conocer algunas de las pinturas más famosas y quienes fueron sus creadores; todo ello sin dejar a un lado el trabajo curricular. Subrayo y matizo: “despertar el interés por aprender” si un profesor consigue hacer esto, ha conseguido enseñar más del 50% de lo que tenía que enseñar.

Elegí 5 pintores que por sus características eran atractivos y relativamente fáciles para los niños. En este caso por tratarse de niños de 6 años elegí en este orden a Joan Miró, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Eduard Munch y Vincent Van Gogh.

¿Cómo lo hacemos?

Una vez elegidos los pintores, comienza el trabajo:

Joan Miró: Sin previa explicación de nada, les muestro algunas de sus obras en el proyector de la clase; con ello consigo crear la curiosidad en los chicos. – ¡Qué chulo! ¡Qué guay! ¿Quién ha pintado eso? – Esta es la pregunta que hace de detonante de todo el proyecto, se ha despertado el interés por aprender de los niños. Son bonitas sus pinturas ¿verdad? Pues fue un pintor que se llamaba Joan Miró, ¿queréis saber más sobre él? ¡Siiii! Fue la respuesta. En este instante comienza el proceso de aprendizaje, ellos quieren saber, quieren aprender, quieren arte. Les conté un poco su historia, su vida, alguna anécdota y seguidamente les propuse un reto (una vez encendida la llama de la curiosidad, el reto es algo fundamental, es la leña que la mantiene viva). ¿Seríais capaces vosotros por grupos de pintar alguno de estos cuadros de Miró? La respuesta es evidente.

Una de las cosas que les conté sobre Miró es que vivió un tiempo en París y allí conoció y se hizo amigo de otro pintor; Pablo Picasso. -¿Picasso? Preguntaron, y ¿cómo eran sus cuadros? ¿Iguales que los de Miró? En ese instante había conseguido que floreciese otra nueva curiosidad por otro pintor, Pablo Picasso. Y seguí el mismo orden y proceso que con Miró; enseñarles algunos de sus cuadros, hablar sobre su vida, hasta llegar a pintar algunas de sus obras.

Entre algunas de las cosas que investigamos sobre Picasso fue su etapa en París. Y así fue cómo surgió nuevamente la curiosidad por saber. -¿todos van a Paris, profe?- Les dije que muchos sí que viajaban allí y hubo otro pintor famoso que también visitó Paris. -¿Quién, quién?, ¿Cómo se llama? ¿Era amigo de Miró y de Picasso? Sus ganas de saber eran enormes; ¡mañana os lo diré!

Al día siguiente antes de la entrada al cole, en la misma fila que formamos en la calle para entrar, algunos ya me decían que sabían de qué pintor se trataba; otros habían traído un libro con la biografía de Picasso que tenían sus padres por casa, otros pocos habían buscado con sus padres en internet más cuadros de estos pintores y los habían dibujado en un folio; los que no trajeron nada, preguntaban a sus compañeros para saber. En ese instante me di cuenta de lo enganchados que estaban los niños a querer aprender, enganchados al arte. Tenían viva la curiosidad esencial y necesaria para seguir aprendiendo, y entonces les presenté con una foto a Dalí, les hizo mucha gracia por sus bigotes. El éxito estaba garantizado. El proceso de estudio con Dalí fue idéntico que con los dos anteriores.

En el caso de Van Gogh y Munch fue algo distinto; les pregunté que si querían saber cuáles eran mis cuadros preferidos, las respuestas fueron muy variadas, ¡los de Picasso profe! ¡Los de Miró!- No chicos, no son de ninguno de los pintores que conocemos, son de otros dos pintores, ¿queréis saber su nombre y cosas sobre ellos? ¡Siiiiiii!

Les mostré “El Grito” y dejé que ellos hablasen de las sensaciones que les venían al verlo. Luego hablamos de Edvard Munch muy brevemente y seguidamente les mostré “La Noche Estrellada” de Van Gogh y aquí sí que dedicamos más tiempo en conocer su vida y algunas anécdotas del pintor. Después nos pusimos nuevamente manos a la obra.

Y algunos de los resultados obtenidos… ¡De nuevo sorprendentes!

Como veía que los chicos respondían a cualquier propuesta maravillosamente, y cada reto propuesto era superado y además de una forma brillante, decidí plantearles el RETO FINAL: Íbamos a convertir nuestra clase en un museo y como todo museo tendríamos visitantes, pero la cosa no quedaría ahí, ellos tendrían que ser… ¡Los guías del museo! Y cuando viniesen nuestros compañeros de otras clases del cole tendríamos que explicarles a los pintores y sus obras. La experiencia y el resultado fue magnifico. Al final del artículo podrán encontrar el enlace al vídeo.

¿Cómo se trabajan los contenidos curriculares?

Esta cuestión es algo importantísimo, vital diría yo, ya que en muchas ocasiones si nos salimos de los contenidos que tenemos que enseñar y que nos marca la ley para ver otros temas, luego es complicado poder recuperarlos. La solución es sencillísima: incluir a estos pintores y sus obras en el desarrollo de clase. Lo voy a explicar con un poco más de detalle; recordemos que estamos ante niños de primaria con 6 años.

Algo que tenemos que trabajar diariamente son los dictados. Pues en lugar de utilizar el que nos marca el libro de texto, cambiamos la temática por algo que les interesa, en este caso la vida de Van Gogh. Otra opción son los “dictados adivinanza”, en los que les dicto un par de frases muy representativas de alguno de los pintores y ellos tienen que adivinar de quién se trata.

Si es expresión escrita lo que toca, pues utilizamos el cuento, pero en lugar del típico cuento de princesas o héroes en el que salvan a alguien, les proponemos “El cuento de Miró” donde ellos escriben su propia interpretación de lo aprendido sobre la vida de Joan Miró. Además con esto también desarrollan imaginación y mejoran su trazo y grafía.

También, como dijimos que ellos serían los guías de nuestro museo cuando viniesen las demás clases a visitarnos, prepararon una tarjeta de invitación para cada una de las clases del colegio donde redactaron brevemente de qué tratará la visita a nuestra “Clase Museo de 1ºA”.

La comprensión y expresión oral también es algo a trabajar diariamente, pues pedimos a los niños que nos cuenten qué saben de Dalí, Picasso o de Van Gogh, enseguida nos explican a la perfección con sus propias palabras todos sus conocimientos. Esto nos sirve de repaso para cuando tengan que explicarlo en público al resto de niños del colegio.

La lectura es algo fundamental en esta edad y que debemos diariamente de incluirla en nuestros planes de trabajo; pues intercambiamos los cuadernos y leemos los cuentos que han escrito los compañeros. Esto además contribuye a la animación a la lectura. Pero aun iría más lejos, en algunos casos, los niños por su propia iniciativa han buscado en casa más información en internet sobre los pintores, por lo que además de la lectura, están utilizando de forma productiva las nuevas tecnologías (esto sí considero que es dar un buen uso a una tablet).

Hasta en matemáticas podemos sacar partido de todo esto, como nos toca trabajo de problemas de sumas y restas, podemos proponerles “acertijos de pintores” y cambiar enunciados de los típicos problemas por unos más atractivos: “Si Van Gogh hizo 27 autorretratos y le rompen 12, ¿cuántos le quedan?”, “si Dalí tiene en un museo 34 cuadros y 18 esculturas, ¿cuántos trabajos de Dalí hay en el museo?

Estos son solo algunos ejemplos, pero si le ponemos imaginación, seguro que se nos ocurren muchas más cosas.

Balance final y Conclusión Personal

El objetivo se ha cumplido, han aprendido todos los contenidos programados y que nos marca la ley, lectura, escritura, comprensión escrita, expresión oral, solución de problemas matemáticos, etcétera, pero no lo han hecho de la forma habitual sino utilizando otro camino distinto que además les ha enriquecido en su saber cultural.

No quisiera extenderme aquí, pero no puedo dejar pasar esta ocasión para remarcar la importancia de despertar el interés en los niños. Los profesores ya no somos el centro de conocimientos, hoy en día internet ocupa ese lugar y nosotros somos la herramienta de unión entre el niño y el saber, la herramienta que hace despertar la iniciativa, el entusiasmo y la curiosidad del niño por aprender. Enseñar de otra forma, es posible.

He aquí el grupo y después, el vídeo:

Jorge Ramírez Pozuelo.

Un “Museo” hecho por niños de 6 años. by Jorge Ramírez Pozuelo is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International License.

Acento Cultural, número 32, abril 2017, ISSN: 2386-7213.

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